Con el Mundial de Fórmula 1 totalmente bajo control y el tercer título prácticamente ya colocando en una de las estanterías del apartamento que Max Verstappen tiene en Mónaco, Red Bull ha decidido complicarse la vida solito y pegarse un tiro en el pie, para que toda la admiración que despierta en el ámbito deportivo se vuelva desprecio hacia uno de sus empleados más reconocibles. Helmut Marko, el ejecutivo que junto a Christian Horner lidera el proyecto de la compañía del búfalo rojo en la F1, volvió a liarla hace unos días con un comentario racista hacia Checo Pérez, vecino de taller de Verstappen y segundo clasificado en las estadísticas actuales.
“Sabemos que [Pérez] tiene problemas en las cronometradas; tiene fluctuaciones en su rendimiento. Es sudamericano, de modo que no es capaz de concentrarse tanto como, por ejemplo, Max o Sebastian (Vettel)”, soltó el austríaco en ServusTV, la televisión de la marca. La rectificación que hizo el propio Marko a las pocas horas no hizo otra cosa que cavar aún más hondo el agujero en el que la mayoría de la comunidad de la F1 le habría lanzado: “Me gustaría disculparme por mi comentario ofensivo, y quiero dejar absolutamente claro que no creo que podamos generalizar sobre personas de ningún país, raza o etnia. Solo trataba de señalar que Checo ha sido inconsistente este año, pero fue un error atribuir esto a su herencia cultural”. Un auténtico derrape el de este expiloto que, a sus 80 años, arrastra un historial de salidas de tono que ya no pilla por sorpresa a nadie dentro del ‘paddock’.
Desde Singapur, donde este fin de semana ‘Mad Max’ tendrá la oportunidad de seguir acercándose a una corona que lleva su nombre, Pérez le quitó hierro al asunto y dijo que no se sintió aludido. En parte, por la falta de conocimientos geográficos que demostró tener Marko, dado que México se encuentra en Norteamérica. “No me ofendí en absoluto. Conociendo a Helmut, sé que no lo dice con esa intención”, de disculpó Pérez. “Todo aquello que él dice a la prensa, o lo que yo digo, no tiene nada que ver con las conversaciones que tenemos entre nosotros”, añadió el corredor de Jalisco, que optó por la declaración más corporativa, en un momento en el que todavía hay ciertas dudas acerca de su asiento con vistas a 2024, año en el que expira su actual contrato.
En los dos cursos y medio que lleva en Red Bull, el piloto de Guadalajara, de 33 años, ya tenido que aguantar varias humillaciones por parte de su jefe, que no parece tener muy claro la diferencia entre broma y ofensa. Uno de los ejemplos más claros de ello se produjo durante los ensayos del Gran Premio de Arabia Saudí de 2022, a raíz de un misil lanzado por los rebeldes hutíes del Yemen, y que cayó a 20 kilómetros del circuito de Yedda poco rato antes de que los coches salieran a pista.
En ese contexto de confusión, y con la parrilla dividida entre aquellos que querían seguir con la actividad normal del fin de semana y quienes reclamaban un margen para avaluar qué hacer, Marko sacó su faceta de humorista frustrado. “Max no tiene miedo, pero Pérez tiene mucho. Esta situación no es muy distinta a la que puedes tener si vives en Ciudad de México”, espetó, en referencia a alguien que, además, nunca ha vivido allí. En otra ocasión, con motivo del Gran Premio de Francia de este mismo ejercicio, llegó a insinuar que Pérez debía haber estado bebiendo tequila la noche anterior, porque a su entender esa era la única explicación posible a su falta de reacción al restablecerse la carrera tras la marcha del coche de seguridad. “Checo se quedó dormido en la resalida. Puede que ayer por la noche bebiera demasiado tequila”, dijo, en declaraciones al Suddeutsche Zeitung.
Lewis Hamilton, el primer piloto negro de la historia del certamen y el más reivindicativo de los actuales, fue muy claro sobre una actitud que, según él, deja en evidencia el camino que todavía hay que recorrer en lo que se refiere a combatir un determinado pensamiento. “Lo que dijo es absolutamente inaceptable. Repetimos que no hay espacio para discriminación en el deporte, pero el que haya un responsable que haga comentarios de este tipo, no nos permite avanzar. La verdad, sus comentarios no me sorprenden”, opinó el británico. “Hay mucha gente que trata de combatir este tipo de actitudes. No es un asunto que pueda resolverse con una simple disculpa”, añadió el de Mercedes.
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