El Girona no olvidará el minuto 99 del partido disputado en Mendizorroza cuando anotó el 1-2 al Alavés. Yan Couto pidió un tiro cerrado dentro del área, si perdían un par de minutos, el árbitro miró el reloj y en el último juego paró Guridi. Aquel gol fue complicado para el balón de Míchel porque encajó dos puntos y tuvo la oportunidad después de que el Barcelona superara la segunda plaza de la clasificación de La Liga. La desdicha continuó ayer al perder un muy buen partido disputado ante el Villarreal. El goleador formó parte de un equipo que se destacó como el segundo máximo goleador del campeonato madrileño. No marcaron esta vez Dovbyk (20 goles) y Sorloth (19) en el duelo de pichichi hasta que la sorpresa de Traoré decidió.
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Gazzaniga, David López, Daley Blind, Miguel Gutiérrez (Valery Fernández, min. 74), Eric García, Iván Martín, Sávio, Aleix García, Yangel Herrera (Portu, min. 74), Tsygankov (Toni Villa, min. 82) y Dovbyk
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Jorgensen, Jorge Cuenca (Ramón Terrats, min. 65), Yerson Mosquera, Kiko Femenía, Eric Bailly, Comesaña (Capoue, min. 81), Álex Baena (Trigueros, min. 92), Parejo, Bertrand Traoré (Morales, min. 92), Parejo, Bertrand Traoré (Morales, min. 80), Sörloth y Gonçalo Guedes (Ilias Chakkour, min. 65)
goles 0-1 minuto. 58: Bertrand Traoré.
Árbitro José María Sánchez Martínez.
Tarjetas amarillas Daley Blind (min. 36), Kiko Femenía (min. 40), Álex Baena (min. 43), Bertrand Traoré (min. 55) y Ramón Terrats (min. 93)
No es un defensa fácil para el equipo de Marcelino y mucho menos para un equipo tan ofensivo como el Girona. Las transiciones amarillas son muy rápidas y verticales debido al dinamismo de sus columpios y a la escalera Sorloth. Los numerosos jugadores de Míchel necesitan asegurar la posición del balón, coger ritmo y aumentar la tensión y la vigilancia en el área de la Gazzaniga. El contraste entre los contendientes aseguró un partido interesante para Montilivi. Aunque se queden con el balón y lo combinen con paciencia, los blanquirrojos tardan en encontrar posiciones de remo ante Jorgensen. No hubo forma de entrar en juego Savinho, el jugador más agresivo y peligroso del Girona, y Tsygankov pronto fue despedido. El equipo tardó en ajustar los marcadores tras un par de Ligas de mucho mérito del Villarreal, una de Guedes muy clara a la que le faltó por poco a Sorloth.
Escuchado el canto, media hora después de iniciarse la escena, el Girona creció sin parar, apoyado en uno de los buenos cambios de orientación que le obligaron a oscilar constantemente hacia la senda zonal del Villarreal. Savinho empezó a aterrizar, diabólico con sus cambios de ritmo, y Tsygankov y Dovbyk remaron mucho antes que Jorgensen. La movilidad y presión de los blanquirrojos obligaron al Villarreal a quedar relegado para disgusto de Marcelino. Las caídas de Jorgensen al borde del área se sucedieron porque ninguno de los laterales logró alcanzar a Savinho. Gazzaniga, a cambio, puede relajarse porque disminuyóron las contras del Villarreal. La tarea de luchar contra las defensas y los medios resultó tan interesante como la faena de los delanteros de Míchel. Aunque no hubo goles, el partido fue bonito e intenso, y también incierto por culpa del Veneno que sacó a relucir a los equipos de Marcelino.
El técnico asturiano corrigió a los suyos en el descenso y el Villarreal intentó recuperar el control del partido con una mejor y más rápida presión también en la circulación del corazón para recuperar la ofensiva gerundense. Aunque disfrutaron de los gestos técnicos, los jugadores blancos no pudieron acelerar el partido sin encontrar el paso final y la fila terminal de Dovbyk. A pesar de la calidad individual de muchos jugadores de ambos equipos, no tuvo oportunidades en un partido tácticamente muy interesante, disputado y abierto, hasta que llenó la portería de Traoré. Sorloth y Guedes se juntaron como pudieron en la punta del iceberg, no atinaron ante el rechazo de los centrales del Girona y el balón quedó suelto para el remate cruzado de Traoré. Aunque jueguen bien, los blanquirrojos se encuentran con un gol entre sí y con el portero rival cerrado ante el desespero de Montilivi.
El partido derivó en un saque de Tsygankov y, posteriormente, ni Eric, ni David López ni Savinho intentaron cerrar un partido de goles tras tres compañeros consecutivos ante el superado Jorgensen. Míchel tardó en activar la rueda de suplentes porque su equipo jugó de forma equilibrada y fluida, nada que reprochar, penalizó a los blanquirrojos por el gol de Traoré. Aunque vuelvo al partido, imprescindible en el área de Jorgensen, el Girona no puede parar con el maquiavélico Villarreal. La defensa desplegada por Marcelino falló y decepcionó a los numerosos jugadores de Michel, que intentaron pedir penalti en una jugada anulada anticipadamente por el colegiado cuando Gazzaniga se encontraba en el área contraria.
En el Girona hubo pausa y claridad en el partido final para afrontar un partido bien desarrollado futbolísticamente ante un rival tan duro como el Villarreal. El goleador penalizó a los blanquirrojos y golpeó al Barça en su lucha por la subliga y la Supercopa. Los azules se apuntan con un colchón de un punto a la espera de su nombre de los partidos en Almería. El Girona no puede parar de jugar en el minuto 99 de Mendizorroza. Supongo que todo cambió tu juego en La Liga.
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