Hong Kong
CNN
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China ha iniciado una investigación de ciberseguridad en Micron Technology, uno de los mayores fabricantes de chips de memoria de EE. UU., en aparente represalia por los aliados de EE.UU. en Asia y Europa anunció nuevas restricciones a la venta de tecnologías clave a Beijing.
La Administración del Ciberespacio de China (CAC) revisará los productos vendidos por Micron en el país, según una declaración por el perro guardián el viernes por la noche.
La medida tiene como objetivo «garantizar la seguridad de las cadenas de suministro de infraestructura de información clave, prevenir los riesgos de ciberseguridad causados por problemas de productos ocultos y mantener la seguridad nacional», señaló.
Llegó el mismo día que Japón, un aliado de Estados Unidos, dijo que restringiría la exportación de equipos avanzados de fabricación de chips a países como China, siguiendo medidas similares tomadas por Estados Unidos y los Países Bajos.
Washington y sus aliados han anunciado restricciones a la industria de semiconductores de China, que golpean el corazón del intento de Beijing de convertirse en una superpotencia tecnológica.
El mes pasado, los Países Bajos también dieron a conocer nuevas restricciones a las ventas en el extranjero de tecnología de semiconductores, citando la necesidad de proteger la seguridad nacional. En octubre, Estados Unidos prohibió a las empresas chinas comprar chips avanzados y equipos de fabricación de chips sin licencia.
Micron le dijo a CNN que estaba al tanto de la revisión.
“Estamos en comunicación con el CAC y estamos cooperando plenamente”, dijo, y agregó que defendió la seguridad de sus productos. «El envío de productos, la ingeniería, la fabricación, las ventas y otras funciones de Micron funcionan con normalidad».
Acciones en Micron cayó un 4,4% en Wall Street el viernes tras la noticia, la mayor caída en más de tres meses. El lunes cerraron a la baja otro 1,2%. Micron obtiene más del 10 % de sus ingresos de China.
En un presentación anteriorla empresa con sede en Idaho había advertido de tales riesgos.
“El gobierno chino puede impedirnos participar en el mercado chino o impedirnos competir efectivamente con las empresas chinas”, dijo la semana pasada.
China ha criticado abiertamente las restricciones a las exportaciones de tecnología y dijo el mes pasado que «se opone firmemente» a tales medidas.
En sus esfuerzos por impulsar el crecimiento y la creación de empleo, Beijing busca atraer inversiones extranjeras mientras se enfrenta a crecientes desafíos económicos. El nuevo primer ministro Li Qiang y varios altos funcionarios económicos dieron la bienvenida a los directores ejecutivos globales y prometieron que «brindarán un buen ambiente y buenos servicios».
Pero Beijing también está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre las empresas extranjeras para que se ajusten a su agenda.
El mes pasado, las autoridades cerraron la oficina en Beijing de Mintz Group, una firma de inteligencia corporativa estadounidense, y arrestaron a cinco empleados locales.
Días antes, habían suspendido las operaciones de Deloitte en Pekín durante tres meses y le impusieron una multa de 31 millones de dólares por supuestas deficiencias en su labor de auditoría de una atribulada gestora de deuda estatal.